Específicamente para el segmento industrial, se analizan las formas de empresa, el sector de actividad, la disposición geográfica de la red de clientes y proveedores, entre otros. Para estas dos últimas categorías, se analizan los aspectos logísticos vinculando los mercados locales de alcance provincial, nacional e internacional, los tipos de vínculo en las cadenas de valor, las concentraciones en algún actor determinante dentro de la cadena, los vínculos asimétricos respecto del poder de negociación entre los vendedores y compradores, las variantes respecto de los tipos de cliente y/o proveedor según su institucionalidad y tamaño manifestada en la distribución mayorista, el comercio minorista, el Estado como comprador para proveer el consumo público y la inversión pública, el peso relativo en las compras de las grandes empresas y de las pymes, así como el mercado interno y externo.